ha llorado unas lágrimas humanas.
No puede sospechar que conmemoran
todas las cosas que merecen lágrimas:
la hermosura de Helena, que no ha visto,
el río irreparable de los años,
la mano de Jesús en el madero
de Roma, la ceniza de Cartago,
el ruiseñor del húngaro y
del persa,
la breve dicha y la ansiedad que aguarda,
de marfil y de música Virgilio,
que cantó los trabajos de la espada,
las configuraciones de las nubes
de cada nuevo y singular ocaso
y la mañana que será la tarde.
Del otro lado de la puerta un hombre
hecho de soledad, de amor, de tiempo,
acaba de llorar en Buenos Aires
todas las cosas.
3 comentarios:
Borges se asió a la magia del arte y la literatura y le salió bien, pues gracias a ello fue, pese a su ceguera y otras privaciones físicas, razonablemente feliz. Este poema lo demuestra.
Todo lo que pasó tenía una alternativa.
Todo lo que pasó tenía un no-pasó-eso.
Todo lo que pasó tenía un pasó-esto-otro.
(RAFAEL BALDAYA)
En la invención poética, como en el trance de la profecía, el que escribe es menos el autor consciente que el mediador, el médium, porque las palabras del poema no proceden de la deliberación racional, sino de una región más profunda a la que la conciencia no tiene acceso... El que escribe, hasta cierto punto, ha de estar fuera de sí.
(ANTONIO MUÑOZ MOLINA)
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