Por la mañana
la luz toca las paredes
como una pintura
el sol matinal cae en finas pinceladas
el cabello de ella es un enredo oscuro
la cara de él se empaña con sueño
Pintura #1: Cómo ella se enamoró de él
En esta pintura, ella usa
el vestido rojo con que le gusta dormir
y éste ha caído hasta su cintura
Él está desnudo
sus brazos se curvan rodeándola
su boca se presiona contra el cuello
en el lugar donde a ella le gusta
que él la bese
Pintura #2: Su primera pelea
En esta pintura, ella está sentada
afuera de un bar
con un vestido negro de encaje.
Tras ella, la noche es un sólido bloque
de oscuridad.
Él está sentado a su lado con
una camisa verde pálido, el cabello
despeinado, de espaldas, inclinado
ligeramente hacia ella.
Los coches vierten el pasado con golpes
de luces brillantes.
Pintura #3: Lo que haya dicho, no lo dije en serio
En esta pintura él permanece solo
en una playa vacía.
El cielo se extiende a lo lejos en un resplandor.
Pintura #4: La reunión
En la pintura anterior él está
mirando hacia un camino
Ella usa un vestido lila con dorado
y el cabello echado hacia atrás
lejos de su rostro.
Empieza a atardecer. Sobre ella
el cielo dorado, abierto
y vacío.
2 comentarios:
Se nota que los cuadros no están en orden cronológico. Pero amigo mío, ¿cuál sería el orden correcto? Ah!!!
Una criatura de nervios modernos, de inteligencia sin cortinas, de sensibilidad despierta, tiene la obligación cerebral de cambiar de opinión y de certeza varias veces en el mismo día. Debe tener, no creencias religiosas, opiniones políticas, predilecciones literarias, sino sensaciones religiosas, impresiones políticas, impulsos de admiración literaria.
Ciertos estados de alma de la luz, ciertas actitudes del paisaje tienen, sobre todo cuando son excesivos, el derecho de exigir a quien está frente a ellos determinadas opiniones políticas, religiosas y artísticas, aquellas que ellos insinúen, y que variarán, como es de entender, conforme ese exterior varíe. El hombre disciplinado y culto hace de su sensibilidad y de su inteligencia espejos del ambiente transitorio: es republicano a la mañana, y monárquico al crepúsculo; ateo bajo un sol descubierto y católico ultramontano a ciertas horas de sombra y de silencio...
Convicciones profundas, sólo las tienen las criaturas superficiales. Los que no miran hacia las cosas apenas las ven sólo para no tropezar con ellas, esos son siempre de la misma opinión, son los íntegros y los coherentes. La política y la religión gastan de esa leña, y es por eso que arden tan mal ante la Verdad y la Vida.
(PESSOA)
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