martes, 9 de marzo de 2010
Entre dos furias fui feliz (por J. M. Caballero Bonald)
Fui feliz fugazmente algunas veces,
entre dos furias fui feliz,
lo fui de vez en cuando sin saberlo.
Por ejemplo en la ciudad solar que se veía
desde aquella azotea de la infancia,
tentadora ciudad flameando
en los celestes mástiles del tiempo,
mientras iniciaba la vida la aventura
de descubrir el mundo a escondidas del mundo.
Allí subsisto aunque no esté, allí
perduro en medio
de la devastación de esa azotea
que reconstruyo cada día para no claudicar.
entre dos furias fui feliz,
lo fui de vez en cuando sin saberlo.
Por ejemplo en la ciudad solar que se veía
desde aquella azotea de la infancia,
tentadora ciudad flameando
en los celestes mástiles del tiempo,
mientras iniciaba la vida la aventura
de descubrir el mundo a escondidas del mundo.
Allí subsisto aunque no esté, allí
perduro en medio
de la devastación de esa azotea
que reconstruyo cada día para no claudicar.
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7 comentarios:
No hay nada más bello que lo que nunca he tenido. Nada más amado que lo que perdí.
(SERRAT)
¡Te he dicho diez millones de veces que no exageres!
Las raíces de la constancia son amargas, pero sus frutos son dulces.
A falta de caballos, haz que troten los asnos.
Si por vender yo mis carnes
tuviera alivio tu pena,
a la voz del pregonero
por las calles se vendieran.
Busca siempre lo mejor en los demás y aflorará lo mejor de ti mismo.
Todas las noches me tienes
al sereno y al rocío,
y luego por las mañanas
me preguntas si he dormido.
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