miércoles, 6 de julio de 2011
Cuando tú quedes libre de este cuerpo (por Juan Ramón Jiménez)
Conciencia… Conciencia, yo, el tercero, el caído, te digo a ti (¿me oyes, conciencia?). Cuando tú quedes libre de este cuerpo, cuando te esparzas en lo otro (¿qué es lo otro?), ¿te acordarás de mí con amor hondo; ese amor hondo que yo creo que tú, mi tú y mi cuerpo se han tenido tan llanamente, con un convencimiento doble que nos hizo vivir un convivir tan fiel como el de un doble astro cuando nace en dos para ser uno? ¿Y no podremos ser por siempre, lo que es un astro hecho de dos?
¿No te apena dejarme? ¿Y por qué te has de ir de mí, conciencia? ¿No te gustó mi vida? … ¿Qué sustancia le pueden dar los dioses a tu esencia, que no pudiera darte yo? … ¿Y te has de ir de mí tú, tú, a integrarte en un dios, en otro dios que éste que somos mientras tú estás en mí?
¿No te apena dejarme? ¿Y por qué te has de ir de mí, conciencia? ¿No te gustó mi vida? … ¿Qué sustancia le pueden dar los dioses a tu esencia, que no pudiera darte yo? … ¿Y te has de ir de mí tú, tú, a integrarte en un dios, en otro dios que éste que somos mientras tú estás en mí?
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5 comentarios:
JRJ dice en otro poema que la vida es la muerte en movimiento.
El cantar es muy propio
de los alegres,
y el que canta tristezas
ya las divierte.
Homero y Sófocles
nunca en letras de imprenta
ven sus escritos.
(RAFAEL BALDAYA)
Dios le da una lombriz a cada pájaro, pero no se la lleva hasta el nido.
(proverbio sueco)
Cada poesía es una lectura de la realidad. Esta lectura es una traducción que transforma la poesía del poeta en la poesía del lector.
(OCTAVIO PAZ)
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