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domingo, 10 de julio de 2011

Esas grandes preguntas (por Karmelo Iribarren)

Las tres
de la madrugada.
Que vengan
esas grandes preguntas,
que ya tengo mis respuestas:
El viento
y la lluvia
ahí fuera,
y aquí
al lado
tu respiración.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Este poema viene muy bien para ilustrar un sesudo debate que en este blog tuvimos hace días. Aunque no entendamos la vida ni el ser ni el universo ni nada de nada, hagamos lo posible para disfrutar de esta cosa (o coso).

Cide Hamete Benengeli dijo...

¡Ay, pobre corazón mío!
Por más golpes que recibe
nunca se da por vencido.

casa de citas dijo...

La franqueza, la sinceridad son síntoma de equilibrio mental.

(PLA)

tERESA pANZA dijo...

A carne dura, diente de perro.

Cide Hamete Benengeli dijo...


Como flores de almendro
fueron mis bienes,
que nacieron temprano
para perderse.

casa de citas dijo...

La tragedia de la vejez no consiste en ser viejo, sino en que aún se es joven.

(COLL)

ORáKULO dijo...

Ser joven no entiende de edades.

hAiKu dijo...


Pinta en el coche
sucio de su vecina
un corazón.

(SANDRA PÉREZ)

ORáKULO dijo...


Quien tiene salud, no tiene edad.

Aldonza Lorenzo dijo...

La cama, el fuego y el amor nunca dirán "ve a tu labor".

Pentapolín del Arremangado Brazo dijo...

No he visto gente más bruta
que la gente de Alcover,
que echaron el santo al río,
porque no quiso llover.

Fuego de palabras dijo...

Defiende, corazón, tu sangre tibia,
la cálida circulación de pulsos,
la fragua de semillas,
la contumaz germinación de sueños.

Blande, esgrime la flor de la esperanza,
ahuyenta instantes y desata vuelos
en esta soledad que avanza oscura
camino de la sombra y del silencio.

(ARRIVÍ)