sábado, 29 de octubre de 2011
Interior de palabra (por Cèlia Sànchez-Mústich)
Lo vi en el cine:
El niño, en la película, descubre que tiene miedo
y se alegra. No de tenerlo
sino de haber aprendido que a lo que siente
se le llama miedo. O que la palabra miedo
que tantas veces ha oído, es eso
que ahora lo sacude (¡Tengo miedo, tengo miedo!
chilla, sonriendo, el miedo casi extinto
por la euforia del descubrimiento.)
Como ese niño,
tantas veces he escuchado la palabra traición
como si estuviera vacía por dentro, entraba
por mis oídos y allá se quedaba,
tapón de cera, sin llegar nunca al fondo del fondo.
Hasta hoy:
salgo en una película,
la escena tan parecida a aquella otra...
¡Me han traicionado! Chillo. Y me alegro.
No de la traición
sino de haber aprendido que lo que siento
se llama haber sido traicionada,
que tengo un lugar en el fondo del fondo
donde recibir la traición, repasar sus contornos
y después olvidarla, un poco
más feliz que antes.
El niño, en la película, descubre que tiene miedo
y se alegra. No de tenerlo
sino de haber aprendido que a lo que siente
se le llama miedo. O que la palabra miedo
que tantas veces ha oído, es eso
que ahora lo sacude (¡Tengo miedo, tengo miedo!
chilla, sonriendo, el miedo casi extinto
por la euforia del descubrimiento.)
Como ese niño,
tantas veces he escuchado la palabra traición
como si estuviera vacía por dentro, entraba
por mis oídos y allá se quedaba,
tapón de cera, sin llegar nunca al fondo del fondo.
Hasta hoy:
salgo en una película,
la escena tan parecida a aquella otra...
¡Me han traicionado! Chillo. Y me alegro.
No de la traición
sino de haber aprendido que lo que siento
se llama haber sido traicionada,
que tengo un lugar en el fondo del fondo
donde recibir la traición, repasar sus contornos
y después olvidarla, un poco
más feliz que antes.
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17 comentarios:
Está bien el blog, pero por qué repetís los mismos poemas una y otra vez??
¿Hay muchos poemas repetidos? Creo que no, pero, si ocurre, es porque somos varias personas seleccionando y poniendo poemas, y es posible que alguna vez se repitan por descoordinación. En fin, lo bueno de los poemas (de los buenos poemas) es que, cuanto más se leen, más gustan. Más cosas descubrimos en ellos. A diferencia de la prosa, que se lee una vez y ya está gastada, los buenos poemas se leen y se leen y nunca se gastan. En todo caso, en ZdeP intentamos publicar siempre buenos poemas (buenos para nosotros), primando la calidad sobre la cantidad y evitando siempre textos mediocres. Un abrazo.
Yo también recuerdo el día que degusté en mis propias carnes (y no en las del vecino de abajo) lo que significa traición. Y lo que significa decepción. Y lo que significa fracaso. Claro, ¿y quién no? Pero preferiría no haber probado esos significados. No están ricos, no saben bien.
Estoy de acuerdo, estas cosas no son arbitrarias
A
¿Y la palabra crueldad? ¿Está rica acaso? No, ese plato mejor no probarlo.
Todas las grandes naciones de Europa tienen sus víctimas en otras partes del mundo. (RABINDRANATH TAGORE)
Quien no se embarca, no navega.
El amor que yo te tengo
es tan grande, compañera,
que yo nunca había pensao
en mi corazón cupiera.
Si la pasión y la locura no pasaran alguna vez por las almas… ¿De qué valdría la vida?
(BENAVENTE)
Cualquier bota es buena para echar un trago.
La política es esa actividad en que el conflicto de intereses se disfraza de conflicto entre principios.
Te miraste en el espejo
y te dijiste bonita
pero no sabes que eres
la mancha que no se quita.
Los ratones de la casa del avaro están más gordos que él.
(proverbio malí)
La imaginación de viaje, sin peaje ni hospedaje.
Cuando estoy entre tus brazos,
siempre me pregunto yo
cuánto me debía el destino
que contigo me pagó.
Lo que no se regenera, se degenera.
Sobre la tumba
llora de soledad
el crisantemo.
(SOCORRO-NORAY)
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