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sábado, 22 de octubre de 2011

Una mujer pasó (por Charles Baudelaire)

La calle atronadora aullaba alrededor de mí.
Alta, esbelta, enlutada, con un dolor majestuoso
una mujer pasó, recogiendo con mano fastuosa
las oscilantes vueltas de sus velos,
ligera y distinguida, con piernas de estatua.
De pronto bebí, crispado como un loco,
de su mirada, cielo lívido donde germina el huracán,
el dulzor que fascina y el placer que mata.
¡Un relámpago…, después la noche! Fugitiva belleza
cuya mirada me hizo renacer de golpe.
¿No he de verte ya más que en la eternidad?
¡En todo caso lejos, ya tarde, quizá nunca!
pues no sé dónde fuiste ni sabes dónde voy.
¡Oh tú, a la que yo hubiera amado; oh tú, que lo sabías!

9 comentarios:

BSK dijo...

Y a lo mejor yo no he dejado ni un solo dia de pensar en ella, y ella en cambio ni siquiera se fijó en mi. Y nunca supo ni sabrà que existo.

tERESA pANZA dijo...

Alegrías y pesares, vendrán sin que los buscares

casa de citas dijo...

Todo número es cero ante el infinito.

(HUGO)

hAiKu dijo...


Hijo: tus piojos
no querían dañarte.
Sólo vivir.

(SANDRA)

casa de citas dijo...


Toda crueldad nace del miedo.

(JARDIEL)

ORáKULO dijo...


La soberbia precede a la caída.

hAiKu dijo...

También el mármol
puede con gran calor
volverse líquido.

rb dijo...

(RAFAEL BALDAYA)

Fuego de palabras dijo...

VOLUNTADES


Dejó dicho:

En mi entierro

ni responsos ni misas, ni música ni flores.

Si acaso, de estas últimas,

sólo las que en un vaso pusimos tantas veces:

lilas, rosas, jazmines.

Pero mejor aún: ese trabajo

de ser flores dejadlo a las que crecen

sin nombre entre las tumbas. Y la música,

a jilgueros y mirlos, que ninguno

lo hará mejor que ellos,

con tanta suavidad ni su constancia.

Deberían responsos y misas reservarse

a aquellos que en verdad los ganaron a pulso.

No quiero que incumplir

algunas de estas mandas os aflija:

bien sé yo que la vida va por libre.

Y si podéis, venid sólo vosotros,

que la muerte no sea diferente

a ninguna otra fiesta de nuestra intimidad:

lilas, rosas, jazmines.

(ANDRÉS TRAPIELLO)