lunes, 17 de octubre de 2011
Y yo me iré (por Juan Ramón Jiménez)
Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando;
y se quedará mi huerto con su verde árbol,
y con su pozo blanco.
Todas las tardes el cielo será azul y plácido;
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.
Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincon de aquel mi huerto florido y encalado,
mi espiritu errará, nostalgico.
Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido…
Y se quedarán los pájaros cantando.
y se quedará mi huerto con su verde árbol,
y con su pozo blanco.
Todas las tardes el cielo será azul y plácido;
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.
Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincon de aquel mi huerto florido y encalado,
mi espiritu errará, nostalgico.
Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido…
Y se quedarán los pájaros cantando.
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5 comentarios:
Hermosa en su sencillez, casi naïf, el placer de lo simple y natural (Vino, primero pura, vestida de inocencia...), mucho mejor que la poesía afectada y cursilona que después desarrolló JRJ.
Se me ocurre que no ser imprescindible para nadie, ni siquiera para los pajaros, es un gran alivio.
La suerte es una actitud.
Los espíritus malvados se mueren frente al coraje.
(proverbio swajili)
Entonces Reger miró "El hombre de la barba blanca" y dijo, la verdad es que la muerte de mi mujer no es sólo mi mayor desgracia, también me liberó. Con la muerte de mi mujer me volví libre, dijo, y cuando digo libre, quiero decir totalmente libre, libre en mi totalidad, completamente libre, si sabe usted o sospecha al menos lo que eso quiere decir. Ya no espero la muerte, vendrá por sí misma sin que piense en ella, si viene, me resulta totalmente indiferente cuándo. La muerte del ser querido es también la monstruosa liberación de todo nuestro sistema, dijo Reger entonces. Con esa sensación, la de que soy completamente libre, existo desde hace ya bastante tiempo. Ahora puedo dejar que todo me llegue, realmente todo, sin tenerme que defender de ello, ya no me defiendo, así son las cosas...
(BERNHARD)
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