Tenemos sed, tenemos prisa por golpear
con el hueso de una flor en la tiniebla.
Hay un árbol talado en esta historia.
Contemplamos el cielo. No hay señales.
¿Es de día? ¿Es de noche?
Murió la araña que medía el tiempo,
sólo hay un viejo muro y una nueva familia de sombras.
3 comentarios:
Renacen las sombras cuando la tarde languidece.
Quien te hiere no te quiere.
Nos disfrazamos de otros porque no sabemos quiénes somos realmente.
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