y que entrin tos esos,
no le dé a usté ansia
no le dé a usté mieo...
Si venís antiayel a afligila
sos tumbo a la puerta. ¡Pero ya s'ha muerto!
¡Embargal, embargal los avíos,
que aquí no hay dinero:
lo he gastao en comías pa ella
y en boticas que no le sirvieron;
y eso que me quea,
porque no me dio tiempo a vendello,
ya me está sobrando,
ya me está gediendo!
Embargal esi sacho de pico,
y esas jocis clavás en el techo,
y esa segureja
y ese cacho e liendro...
¡Jerramientas, que no quedi una!
¿Ya pa qué las quiero?
Si tuviá que ganalo pa ella,
¡cualisquiá me quitaba a mí eso!
Pero ya no quio vel esi sacho,
ni esas jocis clavás en el techo,
ni esa segureja
ni ese cacho e liendro...
¡Pero a vel, señol jues: cuidaíto
si alguno de ésos
es osao de tocali a esa cama
ondi ella s'ha muerto:
la camita ondi yo la he querío
cuando dambos estábamos güenos;
la camita ondi yo la he cuidiau,
la camita ondi estuvo su cuerpo
cuatro mesis vivo
y una nochi muerto!
¡Señol jues: que nenguno sea osao
de tocali a esa cama ni un pelo,
porque aquí lo jinco
delanti usté mesmo!
Lleváisoslo todu,
todu, menus eso,
que esas mantas tienin
suol de su cuerpo...
¡y me güelin, me güelin a ella
ca ves que las güelo!...
5 comentarios:
El empleo de la lengua vernácula, "el castúo", por Gabriel y Galán es maravilloso en este poema, escrito en dicho dialecto extremeño.
Con el tiempo la denominación de castúo se ha hecho popular para denominar las hablas de Extremadura, tanto las que conforman el altoextremeño, como las que siempre fueron español meridional de ligera influencia leonesa, el medioextremeño y el bajoextremeño (en el centro, oriente o sur de la Comunidad extremeña), como es el caso de la propia habla en que escribió Luis Chamizo.
Las hablas bajoextremeñas y medioextremeñas comprenden la mayor parte de la provincia de Badajoz y el centro, sur y este de la provincia de Cáceres.[2] Como habla castellana meridional de tránsito, se caracterizaría por compartir con altoextremeño algunas lexicalizaciones de conservación del grupo "mb" latino, algunas expresiones de genitivo partitivo del estilo "unos pocos de", el diminutivo en -ino (que no -inu) y sobre todo los rasgos comunes con el andaluz occidental distinguidor (ni ceceante ni seseante), incluyendo la aspiración de efe inicial latina y ciertos cambios de género en algunas palabras ("la caló"). La neutralización -l/-r en posición implosiva, si existe, siempre tiende a la "r" en bajoextremeño (arto en lugar de "alto"). La erre y la ele finales habitualmente se omiten (como en andaluz occidental o como en el habla altoextremeña de buena parte de las Hurdes: superió, comé, fatá, papé). Existe cierto léxico particular característico, que tiende a perderse en algunos casos entre las nuevas generaciones. Por ejemplo sigue siendo frecuente el uso de la palabra guarro o "gorrino" referida al cerdo en tanto que animal o la expresión "una mijina" (un poquito), que puede reforzarse convirtiéndose en "una mijirrinina". En algunas ocasiones este léxico es coincidente con el altoextremeño (barruntar en el sentido de "percibir un ruido", privá por "boñiga", afechar en lugar de "cerrar con llave"...etc). El seseo sólo aparece en algunas localidades cercanas a Portugal y en Fuente del Maestre.[3] Existen pequeños islotes de uso esporádico del artículo con el posesivo ("la mi cama") también en la provincia de Badajoz, incluso en lugares del extremo sur de ésta, aunque ya en franca decadencia.
Aunque esté escrito en extremeño, se entiende (y lo que no se entiende, se sobreentiende) bastante bien.
Este agosto estáis que os salís!
No hay Estados ricos y pobres: solo hay Estados bien organizados y mal organizados.
(ARACELI MANGAS)
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