temprano, de lunes a sábado
pasa la escoba por el porche,
el patio y después recoge las hojas
que el viento desprende de árboles.
La flaca deja temprano a sus chicos
en la escuela, les prepara el lonche
a primera hora de la mañana.
Como es su costumbre los bendice
y besa a cada uno en la mejilla.
Los hijos de la flaca saben
que cada mediodía regresarán
solos a casa, que mamá trabaja
para todos.
Cada mañana la flaca de enfrente
me saluda y me desea un día de ventas
buenas, de relaciones públicas
de primera. Ella no lo sabe
pero llevo una medallita de cobre
en el pecho con su nombre.
Que el Señor la guarde por muchos años,
dice mi amuleto.
5 comentarios:
"Ella no lo sabe", seguramente no lo sabrá nunca.
escribir
esta necesidad de compartir
lo que quizá a nadie interesa
este sentirse acompañado
desde la soledad más absoluta
expuesto absurdamente
expuesto
esta enfermedad
este aferrarse al papel en blanco
como si fuera
la única alternativa
a la muerte
como si el rastro que en él dejamos
fuera más que nosotros mismos
(CARMEN BELTRÁN)
Se apagan las sonrisas como las luces.
(GÓMEZ DE LA SERNA)
Gracias por hacerme sentir importante frente a la pandemia.
Hola, Uriel. Nos halaga y emociona que los autores cuyos poemas publicamos en ZdeP pasen a saludarnos. Un fuerte abrazo.
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