Gloria por la palabra que mi boca
no acierta a decir nunca, mientras mi mano tiembla
o deja garabatos rotos como la nieve
que a copos viste de niñez los montes.
Por el lucero rojo que acompaña a la luna.
Por el olivo cano, desde chico tan serio,
que luego da el aceite con su risa de oro.
Por el lomo estrellado de la trucha
que se parece al manto de Merlín.
Gloria por el rocío y el diminuto cielo
que deja en cada brizna.
Por la caja de música que suena en el verano
-con el lucero, el grillo; con el sol, la chicharra-,
porque saben sus notas el más secreto anhelo.
Gloria también por todas las cosas que no sé.
4 comentarios:
Hay mucho por celebrar pero nos resulta invisible porque nos parece normal y natural. Y no. Lo natural es supuestamente darle al interruptor y que se encienda la lámpara, abrir el grifo y que salga agua... Pues no señor: nada de eso es natural. Ni mucho menos. El día que el agua no corre o la luz se va, ese día y sólo ese día, te das cuenta de lo que es estar sin ellos. Así es y será siempre con todo. No celebramos la presencia de lo que tenemos, sólo lamentamos la ausencia de lo que se fue y nos dejó.
No desear ser rico es una gran riqueza.
La invención del fútbol es uno de los peores crímenes que ha perpetrado Inglaterra.
(BORGES)
Entre el borracho y la nieve
la diferencia es muy poca:
La nieve cae copo a copo
y el borracho copa a copa.
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