sábado, 18 de febrero de 2012
Cortar este dolor ¿con qué tijeras? (por Miguel Hernández)
Hoy estoy sin saber yo no sé cómo,
hoy estoy para penas solamente,
hoy no tengo amistad,
hoy sólo tengo ansias
de arrancarme de cuajo el corazón
y ponerlo debajo de un zapato.
Hoy reverdece aquella espina seca,
hoy es día de llantos en mi reino,
hoy descarga en mi pecho el desaliento
plomo desalentado.
No puedo con mi estrella,
y me busco la muerte por las manos
mirando con cariño las navajas,
y recuerdo aquel hacha compañera,
y pienso en los más altos campanarios
para un salto mortal serenamente.
Si no fuera ¿por qué?... no se por qué,
mi corazón escribiría una postrera carta,
una carta que llevo ahí metida,
haría un tintero de mi corazón,
una fuente de sílabas, de adioses y regalos,
y “ahí te quedas”, al mundo le diría.
Yo nací en mala luna.
Tengo la pena de una sola pena
que vale más que toda la alegría.
Un amor me ha dejado con los brazos caídos
y no puedo tenderlos hacia más.
¿No veis mi boca qué desengañada,
que inconformes mis ojos?
Cuanto más me contemplo más me aflijo:
cortar este dolor ¿con qué tijeras?
Ayer, mañana, hoy
padeciendo por todo
mi corazón, pecera melancólica,
penal de ruiseñores moribundos.
Me sobra el corazón.
Hoy descorazonarme,
yo el más descorazonado de los hombres,
y por el más, también el más amargo.
No sé por qué, no sé por qué ni cómo
me perdono la vida cada día.
hoy estoy para penas solamente,
hoy no tengo amistad,
hoy sólo tengo ansias
de arrancarme de cuajo el corazón
y ponerlo debajo de un zapato.
Hoy reverdece aquella espina seca,
hoy es día de llantos en mi reino,
hoy descarga en mi pecho el desaliento
plomo desalentado.
No puedo con mi estrella,
y me busco la muerte por las manos
mirando con cariño las navajas,
y recuerdo aquel hacha compañera,
y pienso en los más altos campanarios
para un salto mortal serenamente.
Si no fuera ¿por qué?... no se por qué,
mi corazón escribiría una postrera carta,
una carta que llevo ahí metida,
haría un tintero de mi corazón,
una fuente de sílabas, de adioses y regalos,
y “ahí te quedas”, al mundo le diría.
Yo nací en mala luna.
Tengo la pena de una sola pena
que vale más que toda la alegría.
Un amor me ha dejado con los brazos caídos
y no puedo tenderlos hacia más.
¿No veis mi boca qué desengañada,
que inconformes mis ojos?
Cuanto más me contemplo más me aflijo:
cortar este dolor ¿con qué tijeras?
Ayer, mañana, hoy
padeciendo por todo
mi corazón, pecera melancólica,
penal de ruiseñores moribundos.
Me sobra el corazón.
Hoy descorazonarme,
yo el más descorazonado de los hombres,
y por el más, también el más amargo.
No sé por qué, no sé por qué ni cómo
me perdono la vida cada día.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
13 comentarios:
Magnífico poema, no rimado, de Miguel Hernández. Tiendo a pensar que, si Hernández no hubiera sido muerto de tuberculosis cuando aún era muy joven, habría evolucionado en esta línea modernos. A mí la poesía rimada no me va, siempre pienso que la rima es una rémora, algo que afea el poema, aunque en el caso de Hernández me fascinan sus Nanas de la Cebolla, rimadas en asonante.
Gran poema de este mártir, enfermó en una cárcel del asesino dictador Frasco. Que diferencia de lo que escribía este hombre a la vulgaridad con que escriben muchos mercenarios actuales que se autoproclaman poetas a bombo , platillo y reseñas de amigotes . Un saludo
Me ha llevado casi toda la vida llegar a ser joven. (PICASSO)
Si los hombres supieran todo lo que hablan los unos de los otros, no habría cuatro amigos en el mundo.
(PASCAL)
Manuel, el dictador no era Frasco sino Franco (supongo que es una errata). Aunque en verdad era también un frasco (con minúscula) bastante pequeñito, salvo para mandar fusilar gente no sólo durante , sino también y sobre todo, después de la guerra.
Una manzana podrida contagia a su compañía.
El hábito es ese cable en que nos vamos enredando cada día un poco más hasta que llega un día en que no podemos desatarnos.
(MANN)
¿Ironía del destino?. El juez militar que instruyó el sumario de Miguel Hernández tras la Guerra Civil, Manuel Martínez Gargallo, había sido un popular humorista literario de la Generación del 27 que firmaba con el seudónimo de Manuel Lázaro, según sostiene un catedrático de la Universidad de Alicante.
El profesor de Filología Española, Lingüística General y Teoría de la Literatura de la Universidad de Alicante (UA), Juan Antonio Ríos Carratalá, ha afirmado, en declaraciones a Efe, que "la doble identidad del juez y el humorista está comprobada" tras haber consultado varias hemerotecas digitales, entre ellas la de la Biblioteca Nacional, la del diario ABC y la del Heraldo.
Ríos Carratalá, que lleva más de una década investigando sobre la Guerra Civil y la represión, y ha publicado varios libros relativos a esa época de la historia española, mantiene que le "sorprende" que "nadie" haya revelado o refrescado esa paradoja, cuando aparece, según él, en esas hemerotecas.
"En la primavera de 1939, Manuel Martínez Gargallo fue nombrado por las autoridades militares juez instructor para resolver todos los casos relacionados con quienes habían colaborado en la prensa republicana, entre ellos Miguel Hernández", ha recordado Ríos Carratalá.Ha señalado que "la mayoría de estos casos siguen pendientes de un estudio, pero el de Miguel Hernández cuenta con una amplia bibliografía. Gracias a la misma, conocemos el nombre del juez" instructor del sumario del poeta, "aunque nadie parece haberse preguntado acerca de su perfil biográfico".
Al analizar el proceso seguido contra un periodista republicano condenado a muerte, buscó datos acerca del juez instructor, cuyo comportamiento le llamó "la atención por su celo represor".
"El resultado de los mismos incluye la sorpresa de que Manuel Martínez Gargallo había sido, entre 1926 y 1931, uno de los más populares humoristas literarios y colaborador en diversas revistas: Buen Humor, Gutiérrez, Ondas, Cosmpólis, Blanco y Negro, Cinegramas, Nuevo Mundo, La Gaceta Literaria, ABC...", ha dicho.
Según Ríos Carratalá, "estas colaboraciones, escritas con el seudónimo de Manuel Lázaro, le han llevado a figurar entre los miembros de la 'Otra generación del 27', la de los humoristas, como Miguel Mihura y Enrique Jardiel Poncela, entre otros, que por entonces renovaron el humor español".
"Nadie había relacionado al juez Manuel Martínez Gargallo, que fue especialmente celoso en la represión, con el humorista Manuel Lázaro, aunque esta doble personalidad fue indicada por Miguel Pérez Ferrero en un obituario publicado en ABC el 12 de abril de 1958", ha señalado.Incluso, según ha podido comprobar Efe, hay un artículo publicado con anterioridad, el 3 de septiembre de 1954, por el mismo autor en este diario que corrobora ese extremo.
El profesor de la UA ha asegurado que "a Miguel Hernández no le procesaron por poeta, sino por periodista", y ha precisado que el juez Manuel Martínez Gargallo no conocía al autor de 'El rayo que no cesa'.
Los dos "pertenecían a mundos completamente alejados", ha afirmado Ríos Carratalá, quien ha indicado que Manuel Martínez Gargallo dejó de ser humorista literario tras ser nombrado juez un poco antes de la Segunda República, en marzo de 1931.
"Según una nota publicada en El Heraldo (19-III-1931), corría por los mentideros literarios y periodísticas que, en el caso de haber nuevos procesos, todos llamarían al colega ahora juez, dado su humor y previsible benevolencia", ha expuesto.
Tras pasarse durante la Guerra Civil al bando franquista y llegar a ser capitán del cuerpo jurídico, "se encargó de enjuiciar a sus antiguos compañeros, pero sin nada de humor y con una especial inquina en algunos casos, en parte para hacer méritos y en parte también por cuestiones personales", según el catedrático de la UA.
"Según una nota publicada en El Heraldo (19-III-1931), corría por los mentideros literarios y periodísticas que, en el caso de haber nuevos procesos, todos llamarían al colega ahora juez, dado su humor y previsible benevolencia", ha expuesto.
Tras pasarse durante la Guerra Civil al bando franquista y llegar a ser capitán del cuerpo jurídico, "se encargó de enjuiciar a sus antiguos compañeros, pero sin nada de humor y con una especial inquina en algunos casos, en parte para hacer méritos y en parte también por cuestiones personales", según el catedrático de la UA.
El profesor desconoce el lugar y la fecha de la muerte de este 'juez humorista', "pero nadie le preguntó -sostiene- por las decenas de consejos de guerra que instruyó contra periodistas, escritores y dibujantes, incluido el que le ilustraba sus relatos, Echea, a quien condenó y estuvo a punto de llevar al paredón". Ríos Carratalá tiene intención de publicar el próximo año un artículo sobre este tema en "Anales de Literatura Española Contemporánea", una revista de los hispanistas norteamericanos que edita la Universidad de Temple (Filadelfia).
En
http://www.elmundo.es/cultura/2014/05/12/53707abfca4741d77f8b456b.html?a=79a31f891aaa73be36fed4a80701b383&t=1399888784
Una vieja vale un duro
y una muchacha dos cuartos.
Yo, como soy pobretico,
me voy a lo más barato.
No hubo Hiroshima
en Júpiter. Saturno
no tuvo Auschwitz.
(RAPHAEL BALDAYA)
Sin tigres en el monte, el mono es rey.
(proverbio bengalí)
Arrugas, canas...
Haciendo de las suyas
siempre está el tiempo.
(CUQUI COVALEDA)
Publicar un comentario