jueves, 9 de febrero de 2012
Delicuescencia (por Vicente Gallego)
Reventado clavel blanco y distante,
lepra inversa del cielo sois vosotras,
altas nubes de junio.
¿Qué sonora alegría le regala
de cristal afinado
vuestra espuma inocente a la mañana nuestra,
y de dónde nos llega esa emoción, tan misteriosa y nítida,
que produce observaros en el día del hombre?
Formas breves de un sueño sois vosotras,
confirmación liviana de estos ojos
que os contemplan flotar
calladamente
sobre la cima hueca de la vida.
Delicuescencia pura y noble sois,
blancas nubes serenas,
felicidad sin causa
bajo el cobre encendido de este sol impasible.
Como nosotros mismos sois vosotras
y por eso miraros nos conmueve,
altas nubes de junio:
humo limpio de un tiempo en que juntos ardemos.
lepra inversa del cielo sois vosotras,
altas nubes de junio.
¿Qué sonora alegría le regala
de cristal afinado
vuestra espuma inocente a la mañana nuestra,
y de dónde nos llega esa emoción, tan misteriosa y nítida,
que produce observaros en el día del hombre?
Formas breves de un sueño sois vosotras,
confirmación liviana de estos ojos
que os contemplan flotar
calladamente
sobre la cima hueca de la vida.
Delicuescencia pura y noble sois,
blancas nubes serenas,
felicidad sin causa
bajo el cobre encendido de este sol impasible.
Como nosotros mismos sois vosotras
y por eso miraros nos conmueve,
altas nubes de junio:
humo limpio de un tiempo en que juntos ardemos.
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7 comentarios:
La Vística!
Que forma más lúdica de describir el sentimiento que produce mirar las nubes, no conocía la palabra " Delicuescencia " , que bonita es la primavera, cuando llega. Saludos y gracias por acercarme a la belleza . ( mire al Antonin en Google y joder , es muy grande ) .
Hermoso.
No hace falta ser un primer espada para componer bellezas como esta. Parece una flor anónima que se ha escapado al nomenclátor de Linneo.
No todas las flores caben en los bodegones holandeses: algunas -de nombre desconocido- he visto que brotaban en las bardas soleadas de un camposanto norteño.
No eran menos bellas -por anónimas- que las que pintara van Beyeren.
Al que al cielo escupe, en la cara le cae.
Si te ríes, me río.
Si lloras, lloro.
Y si cantas, mi niña,
yo soy el coro.
Lo accesorio enturbia lo principal.
Torpe y decrépita,
anda a los noventa años
Marilyn Monroe.
(RAPHAEL BALDAYA)
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