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viernes, 20 de julio de 2012

Amarillos, feroces, persistentes (por Miguel Gaya)




Durante sus correrías por África
Arthur Rimbaud era asediado
por los perros.
Amarillos, feroces,
persistentes,
trotaban y gruñían
mezclándose en la sombra del poeta.
Reproduciéndose a dentelladas
famélicas.

Todas las mañanas Rimbaud
llenaba sus bolsillos de piedras afiladas
para mantener a raya a los perros
que palpitaban
por su carroña.
Lo que iba dejando a su paso
los alimentaba.
Ruinas y hombres oscuros
rajados a latigazos
de un idioma incomprensible.

Los perros de Rimbaud lo atormentaban.
A veces lo esperaban
echados en las galerías
y lamían sus manos.
Otras
con los pelos erizados
y las fauces rojas
lo acechaban encorvados
en la oscuridad.
Nunca supo qué le producía más terror.

Los vio en África.
Los procreó en Roche.
En Marsella lo alcanzaron
y les dio de comer su pierna.

Adiós les dijo
al expirar.

5 comentarios:

ORáKULO dijo...


No te cases por dinero, a préstamo lo consigues más barato.

Dimes Y Diretes dijo...


Todo lo que les añadas a un árbol o a una flor, los empeorará.

(HEBBEL)

hAiKu dijo...


Lo que llamamos
morir no es más que
cosificarse.

(RAFAEL BALDAYA)

Lloviendo amares dijo...

Un hombre dijo:
-El momento más grave de mi vida estuvo en la batalla del Marne cuando fui herido en el pecho.
Otro hombre dijo:
-El momento más grave de mi vida, ocurrió en un maremoto de Yokohama, del cual salvé milagrosamente, refugiado bajo el alero de una tienda de lacas.
Y otro hombre dijo:
-El momento más grave de mi vida acontece cuando duermo de día.
Y otro dijo:
-El momento más grave de mi vida ha estado en mi mayor soledad.
Y otro dijo:
-El momento más grave de mi vida fue mi prisión en una cárcel del Perú.
Y otro dijo:
-El momento más grave de mi vida es el haber sorprendido de perfil a mi padre.
Y el último hombre dijo:
-El momento más grave de mi vida no ha llegado todavía.

( CESAR VALLEJO )

Fuego de palabras dijo...

Cuando leí el libro, la biografía famosa,
Y esto es entonces (dije yo) lo que el escritor llama la vida de un hombre,
¿Y así piensa escribir alguno de mí cuando esté yo muerto?
(Como si alguien pudiera saber algo sobre mi vida;
yo mismo suelo pensar que sé poco o nada de mi vida real.
Sólo unas cuantas señas, unas cuantas borrosas claves e indicaciones,
intento, para mi propia información, trazar aquí.)

(WALT WHITMAN)




When I read the book, the biography famous,
And is this then (said I) what the author calls a man’s life?
And so will some one when I am dead and gone write my life?
(As if any man really knew aught of my life,
Why even I myself I often think know little or nothing of my real life,
Only a few hints, a few diffused faint clews and indirections
I seek for my own use to trace out here.)