¿Dónde estarán los siglos, dónde el sueño
de espadas que los tártaros soñaron,
dónde los fuertes muros que allanaron,
dónde el Árbol de Adán y el otro Leño?
El presente está solo. La memoria
erige el tiempo. Sucesión y engaño
es la rutina del reloj. El año
no es menos vano que la vana historia.
Entre el alba y la noche hay un abismo
de agonías, de luces, de cuidados;
el rostro que se mira en los gastados
espejos de la noche no es el mismo.
El hoy fugaz es tenue y es eterno;
otro Cielo no esperes, ni otro Infierno.
3 comentarios:
En un abrir
y cerrar de (tus) ojos,
pasa la vida.
En los campos de trabajo del norte, hay luchas entre arañas
Me lo dijeron mis estudiantes la semana anterior
Como los presos cazan arañas, las almacenan
en botellas de vidrio, las ceban con polillas e insectos
hasta el día en que cada una de ellas trata
de arrancar a mordiscos la cabeza de la otra
mientras los prisioneros hacen apuestas y miran.
Esto me recordó de inmediato al Conde Ugolino
en Dante, que roía la espalda del esqueleto
de su enemigo Ruggiery, como si el hambre y la ira
jamás se satisficieran. Eso es estar en el infierno
pensé, pero no estaba totalmente en lo cierto
También pensé en Tertuliano, en la manera en que describió
uno de los placeres en el cielo, que sería mirar hacia abajo
el sufrimiento de los condenados. Mis estudiantes
se han reunido en círculos junto a sus literas, en el verano
del norte de la Florida, un clima bastante similar al infierno
y miran hacia abajo, dos arañitas que se desgarran
la carne entre sí. Durante unos minutos
estaban en el cielo.
(GEORGE FRANKLIN)
El secreto de Dios: acercó sus labios a mi oído y no me dijo nada.
(SABINES)
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