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miércoles, 3 de enero de 2018

Qué dirá mi vecino (por Federico Díaz-Granados)


Oigo el sollozo del vecino
sus canciones delatan
su tristeza o su rencor.
Escucho su tos y el agua hirviendo
y sus diarias costumbres de sintonizar las noticias a la misma hora.
Qué dirá mi vecino del rock desafinado que sale de mi
dulzaina
de mis malos modales en la mesa
de mis brindis solitarios y del romper tantos papeles en la noche.
Él sabe qué palpita a este lado de la pared
mientras yo intuyo que nos parecemos mucho
porque canta destemplado y también llora
y sus ventanas se empañan en las noches.



4 comentarios:

hAiKu dijo...

Casas de pisos.
Delgadísimos muros
dividen vidas.

casa de citas dijo...

Un poema parece estar en suspensión encima de la página, sostenido en el aire.

(MUÑOZ MOLINA)

Lloviendo amares dijo...

Apareció Rosita

como un sueño intangible.



(Y me nació de pronto

una extraña afición incongruente

a caminar en solitario

y a dar patadas a los botes viejos

tirados en la calle).



Apareció Rosita como un sueño.



(Y estrené los bolsillos

del pantalón para meter las manos).



¿Qué misterio se abría en la redonda

serenidad alegre

de mis juegos perdidos?



Ya no me distraían

ridículos paisajes inventados.

Y mi pelota grande

se sintió avergonzada

de sus vivos colores.



Apareció Rosita.



(Y el arte del silbido

inauguró las notas mutiladas

de una canción, acorde

con mis labios sin beso).



¿Por qué las niñas tienen

el pelo tan bonito?



Piedras catapultadas de mis manos

rompieron la tersura y el silencio

dorado de la alberca.



Ay, Dios, ¿por qué la vida

se riza de repente como un fuego?



Ángel me acompañaba solamente

como un recuerdo en transición de olvido,

desde el momento justo en que Rosita

llenó la plaza de tirabuzones.

(MANUEL FERNÁNDEZ CALVO)

cajón desastre dijo...

Los hombres no son seducidos con tanta frecuencia por el prójimo, como engañados por ellos mismos.

(DESCARTES)