lunes, 6 de febrero de 2012
Juntos (por Roberto Juarroz)
Hemos amado juntos tantas cosas
que es difícil amarlas separados.
Parece que se hubieran alejado de pronto
o que el amor fuera una hormiga
escalando los declives del cielo.
Hemos vivido juntos tanto abismo
que sin ti todo parece superficie,
órbita de simulacros que resbalan,
tensión sin extensiones,
vigilancia de cuerpos sin presencia.
Hemos perdido juntos tanta nada
que el hábito persiste y se da vuelta
y ahora todo es ganancia de la nada.
El tiempo se convierte en antitiempo
porque ya no lo piensas.
Hemos callado y hablado tanto juntos
que hasta callar y hablar son dos traiciones,
dos sustancias sin justificación,
dos sustitutos.
Lo hemos buscado todo,
lo hemos hallado todo,
lo hemos dejado todo.
Únicamente no nos dieron tiempo
para encontrar el ojo de tu muerte,
aunque fuera también para dejarlo.
que es difícil amarlas separados.
Parece que se hubieran alejado de pronto
o que el amor fuera una hormiga
escalando los declives del cielo.
Hemos vivido juntos tanto abismo
que sin ti todo parece superficie,
órbita de simulacros que resbalan,
tensión sin extensiones,
vigilancia de cuerpos sin presencia.
Hemos perdido juntos tanta nada
que el hábito persiste y se da vuelta
y ahora todo es ganancia de la nada.
El tiempo se convierte en antitiempo
porque ya no lo piensas.
Hemos callado y hablado tanto juntos
que hasta callar y hablar son dos traiciones,
dos sustancias sin justificación,
dos sustitutos.
Lo hemos buscado todo,
lo hemos hallado todo,
lo hemos dejado todo.
Únicamente no nos dieron tiempo
para encontrar el ojo de tu muerte,
aunque fuera también para dejarlo.
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10 comentarios:
No hay dudas de como Juarroz llevaga hasta los límites de la palabra.
Espectacular.
Hemos vivido juntos tanto abismo. Joder, qué frase.
El tilo sigue allí, sombreando el mismo banco de hierro, en un lateral del sendero de grava fina, abrigado del viento del nordeste por un bien podado seto de boj. Pero ahora tiene un alcorque de mosaico con segmentos de mármol blanco, negro y rosado, y el camino, a trechos, luce un pavimento de granito gris. El árbol ha crecido en tantos años. El día que ella se fue -al oscurecer de un setiembre lluvioso- fui hasta él y apoyé la frente en la corteza, a la altura de la bifurcación de las ramas principales.
He seguido haciendo este ritual cada año... Pero ahora la horquilla está fuera del alcance de mi frente; se nota que el tilo ha crecido desde entonces. Yo sigo siendo el mismo. Creo.
Los que comentais aquí también sois poetas, no? La Vítrica Cana (que decía mi padre), y qué nivel Maribel. Por mí seguir así, eh?
¡¡¡¡¡¡¡ !!!!!!!!
De lo que uno no sabe, nunca se alabe.
Más fatigas da robar que ganarse uno el jornal.
Una conciencia demasiado clarividente es una verdadera enfermedad.
(DOSTOYEVSKY)
¿No habrá alguna palabra
de esas que no decimos
que hayamos colocado
sin querer en la nada?
(JUARROZ)
Al sol se quita uno el frío.
A la sombra, la calor.
Comiendo, se quita el hambre.
Y casándose, el amor.
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