Aquí a orillas de la playa, mudo y contento del mar,
sin nada ya que me atraiga ni nada que desear,
crearé un sueño, tendré mi día, cerraré la vida,
y nunca tendré agonía, porque me dormiré en seguida.
La vida es como una sombra que pasa sobre un río
o como unos pasos en la alfombra de un cuarto vacío;
el amor es un sueño que llega para el poco ser que se es;
la gloria concede y niega; no tiene verdades la fe.
Por eso en la orilla morena de la playa callada y sola,
se me hace pequeña el alma, libre de pena y de dolor;
sueño sin casi ya ser, pierdo sin haber tenido,
y empecé a morir mucho antes de haber vivido.
Denme, aquí donde yazgo, sólo una brisa que pase,
nada quiero del acaso, salvo la brisa en el rostro;
denme un vago amor de lo que nunca tendré,
no quiero gozo ni dolor, no quiero vida ni ley.
Solo, en el silencio cercado por el sonido brusco del mar,
quiero dormir sosegado, sin nada que desear,
quiero dormir apartado de un ser que nunca fue suyo,
tocado por el aire sin fragancia de la brisa de cualquier cielo.
5 comentarios:
Siempre es nuevo Pessoa. Aunque lo hayas leído diez veces, siempre se le lee por primera vez.
Quiero quedarme dormido
a ver si puedo olvidar
lo que despierto he sufrido.
No entres en sitios que no tienen salida.
(proverbio macedonio)
¿Hay un pastor
al frente del rebaño
de las galaxias?
(RAFAEL BALDAYA)
Debajo de tu mandil
me pasaría el año entero
aunque sudase en verano
y tiritase en invierno.
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