Yo que no tengo oficio
excepto traducir,
que más que oficio es una astucia,
miro a los albañiles
que en lo bajo
conocen todo o casi todo
del cemento;
trabajan duro,
mezclándose con orden
a la luz del día.
Levantan de la nada
una materia audible,
ven cómo el simple lodo
se transforma
para imprimirse en él
la voluntad común.
Conforme el edificio crece,
suben de altura,
pisan su propia obra,
no tienen dudas,
saben que el mundo existe.
y que cada piso cuesta
y cada metro exige
un sacrificio.
Lo saben sin pensarlo,
con cada músculo que tienen,
por eso vueven a sus casas
tan livianos,
sin pesadumbre,
y mientras unos fuman,
los otros no desvían los ojos
de la acera,
están cansados,
dejaron todo en los ladrillos,
que se enfrían.
4 comentarios:
Cada vez sabemos más y entendemos menos.
(EINSTEIN)
De nadie es la huerta que no tiene puerta.
Se necesita un esfuerzo constante para ver lo que tenemos delante de nuestros ojos.
(ORWELL)
Lo que más importa nunca debe de estar a merced de lo que importa menos.
(GOETHE)
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