miércoles, 29 de febrero de 2012
Ya nada ahora (por Ángel González)
Largo es el arte; la vida en cambio corta
como un cuchillo.
Pero nada ya ahora
—ni siquiera la muerte, por su parte
inmensa—
podrá evitarlo:
exento, libre,
como la niebla que al romper el día
los hondos valles del invierno exhalan,
creciente en un espacio sin fronteras,
este amor ya sin mí te amará siempre.
como un cuchillo.
Pero nada ya ahora
—ni siquiera la muerte, por su parte
inmensa—
podrá evitarlo:
exento, libre,
como la niebla que al romper el día
los hondos valles del invierno exhalan,
creciente en un espacio sin fronteras,
este amor ya sin mí te amará siempre.
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32 comentarios:
Si yo fuera empresario vendería camisetas con ese último verso: ESTE AMOR YA SIN MÍ TE AMARÁ SIEMPRE. Y me forraría.
Se podría hacer una colección de versos memorables. Digo versos, no poemas. A mí me gusta éste (de Cesare Pavese): "Vendrá la muerte y tendrá tus ojos".
Hay sueños que si tienen dueño aunque no sean de este mundo
Saludos
Jodeleñe, a mí me gusta , aunque quizá no sea propiamente un verso ni un poema, eso de Joaquín Sabina (el Conde Crápula) que dice "SIEMPRE QUE ME CONFIESO ME DOY LA ABSOLUCIÓN".
Mi verso favorito es éste de JRJ:
"Inteligencia (*), dame el nombre exacto de las cosas".
(*) él escribía "intelijencia"
Pues del mismo Juan Ramón Jiménez hay otro verso que a mí personalmente me flipa:
NO LA TOQUES YA MÁS, QUE ASÍ ES LA ROSA.
Ahí van mis selecciones para el concurso:
“cuando saltar las tumbas era tan sólo un juego”. No sé dónde lo leí.
“Palabras, palabras: un poco de aire movido por los labios". Ídem.
“No es lo mismo estar solo que estar sin ti” (Nicanor Parra)
“Me duele una mujer en todo el cuerpo” (Borges)
Ciao
Un verso que a mí me mola cantidubi es el último de las Nanas de la Cebolla, de Miguel Hernández:
"No sepas lo que pasa ni lo que ocurre".
Y es que lo que pasaba era tan grave que no sólo pasaba: también ocurría.
De Dámaso Alonso:
¿Por qué la tristeza está siempre en el fondo de la alegría?
Y de Antonio Machado:
Estos días azules y este sol de la infancia
"Con la prudencia que da la locura
buscó los datos, aclaró sus dudas.
Con un último esfuerzo, le compró la más pura
y al mirarle a los ojos, se le borró entre bruma.
Qué te puedo dar..."
Mira que hay hermosuras que hubiese podido traer aquí... Pero hoy me siento marginal y arrabalero, basurero de corazón de plata, Teresa de Calcuta de sábado noche, con su carrito y su borriquito herrado con chapas de cocacola...
No es una gran letra, pero esta canción -La Madre- me conmueve profundamente.
Es un pesetero, no canta demasiado bien, defendió a algunos impresentables... Pero yo lo vi dar la cara por otros que no lo eran, cuando darla era arriesgarse a que te la partieran.
Victor es contradictorio, como yo, como el Santo de Asís, que limpiaba la sangre del hocico del lobo, pero retorcía el cuello de las palomicas.
Tocante a cuál es el mejor verso, yo sugiero:
"Gotas de amor para apagar el miedo"
LO que no sé es el autor. Mira que lo he googleado pero no lo encuentro.
Releo la selección que habéis hecho los anteriores y veo que habeis citado a Sabina. A mí hay una frase de una canción que me parece un gran verso (y tb un gran consejo):
"Al lugar donde fuiste feliz no debieras jamás regresar"
Hijopordiós, qué retahila de versos sueltos. Me los voy a apuntar todos, la verdad que son bastante resultones.
De la poetisa portuguesa Sophia de Mello Breyner Andresen, me gusta mucho este verso:
Nunca se distingue bien lo vivido de lo no vivido.
Juan Carlos, es que no es "gotas de amor...", sino "aguas de amor para apagar el miedo". Se ve que la memoria te jugó una mala pasada y por eso no lo encuentras en Google. Es el último verso de un poema de Alfonso Canales.
LuisMi: empollón.
Pues ahí va mi aportación:
"Di el porqué del porqué, Dios de silencio"
(UNAMUNO)
A mí se me quedó grabado un verso de Claudio Rodríguez:
"Cómo cantaba mayo en la noche de enero"
Creo que el resto del poema no era bueno (quizá por eso no lo he encontrado en la Red), pero este verso no lo he olvidado nunca.
C.B.
No es exactamente un verso, sino una greguería de Ramón Gómez de la Serna. Las greguerías, a su modo, también son poemas. La que más me gusta dice: "Los ojos del caballo de juguete revelan su espanto por ser de cartón".
Otro para la colección. De Lorca (incluido en Poeta en New York): "Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes como recién salidos de un naufragio de sangre".
Gran observador Ramón. Los artesanos que fabricaban los caballos de cartón piedra de tiempos del greguerista, usaban como materia prima las hojas encoladas y prensadas de los periódicos de la época. Si les abrías la panza, podías hallar lectura para un buen rato. Los pintaban a mano en sus detalles más definitorios y llamaban la atención aquellos ojos de mirada congelada que les dibujaban a los equinos de juguete. Una mirada que semejaba a la de los perfilados personajes de las tumbas faraónicas: ojos rasgados y la pupila fija en el centro. Ojos alucinados. Era corriente que los caballos mostraran el morro retraído como en un conato de relicho -o de ataque mordedor- y entonces el artesano se recreaba en pintar diente por diente... Terrorífico.
Y una mañana de Epifanía, solo, plantado en medio de la cocina, aquel remedo del equino de Troya -este también llevaba su carga mortífera en la panza- sobresaltaba la tierna -y desprevenida- mente infantil. El daño estaba hecho.
A veces, visitando algunos museos diocesanos, me encuentro con la misma
expresión en boca de los sayones que azotan a los santos mártires...
Creo que algunos traumas de la infancia, algunas pesadillas recurrentes que angustian nuestros sueños de por vida, ciertas neurosis..., empezaron a bosquejarse el nefasto día en que los Reyes Magos nos trajeron un caballo de cartón.
Hola, Agri.
Y bien, damas y caballeros, ahí va mi particular “hit parade”:
Esta segunda inocencia que da el no creer en nada (ANTONIO MACHADO)
Lo molesto es la llega (ÍDEM)
La (mi) vida me duele como si me golpearan con ella (PESSOA)
Te llaman porvenir porque no vienes nunca (ÁNGEL GONZÁLEZ)
No sé seguir. No sé volver (FITO)
"Lo molesto es la llegada", quise escribir.
No es un verso sino 2, pero ahí van. De Miguel Hernández,
"Me da su arado en el pecho
y su vida en la garganta"
Hay un verso terrible: EL PLACER DE MORIR.
Es de santa Teresa de Jesús y pertenece al famoso
Ven, muerte, tan escondida
que no te sienta venir,
por que el placer de morir
no me vuelva a dar la vida.
A mí la poesía mística no me va mucho, con todo ese rollo necrofílico de "muero porque no muero" y tal, pero hay que reconocer que leer lo de "el placer de morir" es algo que le deja a una tiesa (y nunca mejor dicho).
De Carlos Edumundo de Ory;
"GRACIAS, MUJER, POR TUS NOCHES PROFUNDAS"
Me he acordado de otro verso contundente. Es de Alejandra Pizarnik:
EXPLICAR CON PALABRAS DE ESTE MUNDO QUE PARTIÓ DE MÍ UN BARCO LLEVÁNDOME.
DE luis Rosales:
nadie regresa del dolor y permanece siendo el mismo hombre
Contundente este de Lorca:
Dejaré mi boca entre tus piernas,
No se disfruta de un viaje en mala compañía.
(proverbio mauritano)
No he fracasado 100 veces. He descubierto 100 maneras de cómo no se hace una bombilla.
(EDISON)
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