miércoles, 23 de mayo de 2012
Santa deriva (por Vicente Gallego)
Con el pulso inconstante
de los metales sucios nos reflejas,
y nadie se conoce en las remotas máscaras
que a su rostro le impone
la mudanza salvaje de tu helada corriente,
poliédrico río de mineral dureza,
mudo espejo de luz y de congoja
en el que el hombre apura el trago limpio
de su alegría efímera
o padece el silencio indiferente
con el que la vida acoge la agonía
de su indefensa sangre.
El rumbo impredecible eres del mundo,
esa estrella fugaz que ilumina un momento
nuestra noche cerrada y nos evoca
el consuelo de un orden, la tutela
de un ser sabio y clemente
que procura su norte a la nave del día.
Pero no hay compasión
ni parece existir discernimiento
en la pura energía desbocada,
sin conciencia ni culpa, que para algunos pasa
por ser tu voluntad.
Y no hay más voluntad que la del viento.
Y el viento nos arrastra.
Tu piedra es la primera
en la mansión feliz de las almas robustas
y en la frente del alma lapidada.
Los espíritus rotos
por el dolor del cuerpo son tu obra,
pero también los ánimos forjados
en la loca alegría de habitar en la carne
cuando la carne es dócil y su humor nos respeta;
tan radical y honda, esa alegría,
que nos duele en los huesos, la propiedad precaria
del verano y la luna.
Y alrededor la carne va muriendo.
Y el verano y la luna lo celebran.
¿Y quién te habrá lanzado en tu absurda derrota,
animal poderoso de rapiña,
contra el frágil cristal de los destinos?
¿Y qué será del nuestro en tus manos borrachas?
Arrolladora fuerza sin criterio
que en tu inercia propicias nuestra historia,
somos los hijos
de tu danza sonámbula y temible.
Nada somos sin ti.
Por eso,
arrulla con tu nana desquiciada
al sueño quebradizo de la vida,
y en tu frío furor sin fundamento
rueda,
ingobernable, oscura,
santa deriva.
Para que todo arda y se consuma,
alto y pleno en su nada.
de los metales sucios nos reflejas,
y nadie se conoce en las remotas máscaras
que a su rostro le impone
la mudanza salvaje de tu helada corriente,
poliédrico río de mineral dureza,
mudo espejo de luz y de congoja
en el que el hombre apura el trago limpio
de su alegría efímera
o padece el silencio indiferente
con el que la vida acoge la agonía
de su indefensa sangre.
El rumbo impredecible eres del mundo,
esa estrella fugaz que ilumina un momento
nuestra noche cerrada y nos evoca
el consuelo de un orden, la tutela
de un ser sabio y clemente
que procura su norte a la nave del día.
Pero no hay compasión
ni parece existir discernimiento
en la pura energía desbocada,
sin conciencia ni culpa, que para algunos pasa
por ser tu voluntad.
Y no hay más voluntad que la del viento.
Y el viento nos arrastra.
Tu piedra es la primera
en la mansión feliz de las almas robustas
y en la frente del alma lapidada.
Los espíritus rotos
por el dolor del cuerpo son tu obra,
pero también los ánimos forjados
en la loca alegría de habitar en la carne
cuando la carne es dócil y su humor nos respeta;
tan radical y honda, esa alegría,
que nos duele en los huesos, la propiedad precaria
del verano y la luna.
Y alrededor la carne va muriendo.
Y el verano y la luna lo celebran.
¿Y quién te habrá lanzado en tu absurda derrota,
animal poderoso de rapiña,
contra el frágil cristal de los destinos?
¿Y qué será del nuestro en tus manos borrachas?
Arrolladora fuerza sin criterio
que en tu inercia propicias nuestra historia,
somos los hijos
de tu danza sonámbula y temible.
Nada somos sin ti.
Por eso,
arrulla con tu nana desquiciada
al sueño quebradizo de la vida,
y en tu frío furor sin fundamento
rueda,
ingobernable, oscura,
santa deriva.
Para que todo arda y se consuma,
alto y pleno en su nada.
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9 comentarios:
-pura energía desbocada,
-arrolladora fuerza sin criterio.
Sólo ya por estas dos expresiones, que para mí son toda una definición del universo, el poema se merece un 10.
Tragicomedia: completamente de acuerdo.
Un saludo cordial, Veiga: le echaba de menos.
Saludos, Sr. Al. Soy más bien de leer y disfrutar de los poemas en silencio. Aprendo mucho de este blog, tanto de los poemas como de los comentarios.
¡ Ay del hombre que se casa
con una mujer bonita ! :
Hasta que no se hace vieja,
el susto no se le quita.
La vida y la ficción son imperfectas, pero juntas se complementan.
(NÉLIDA PIÑON)
Mujer vieja es como pasa
si es de buena calidad:
Que mantiene tó el dulzor
aunque la veas arrugá.
Construyen pisos
en donde un tal Jesús
fue flagelado.
(RAPHAEL BALDAYA)
Malhaya la piedra lisa
donde yo me resbalé.
Amiga, dame tu mano,
que así me levantaré.
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