sumergido en el bote de orines de las pesadillas, amargo e
imbécil,
duro como el pellejo de las ratas de Chapultepec, vanidoso
y triste, rostro en las lindes del cero, metálico por dentro,
lleno de ecos propicios a la risa, a su risa, a sus muecas
gratuitas y secretas, rostro de los barrios aéreos de México,
el rostro de Resortes
¿Te acuerdas de Resortes?
El perfecto ciudadano
del Distrito Federal
sus muecas atroces
su risa atroz
iluminan el camino de mis sueños
cuando regreso a México
paso a paso
siguiendo las huellas torcidas
de las estrellas
5 comentarios:
Yo no me acuerdo ni conocí a Resortes pero sí me acuerdo de Fermín, el señor del taller al que mi padre llevaba el Simca 1000, quien tenía un hoyo u hoyuelo en la barbilla y mis ojos de niño fantaseaban con que aquel agujero no tenía fondo.
Mudarás de lugar, pero no de natural.
A los gaiteiros de Ourense
no les pagan por que toquen:
les pagan por que lo dejen.
Allá donde el Estado acaba, mirad allá, hermanos míos. ¿No veis a lo lejos el arco iris y los puentes del Superhombre?
(NIETZSCHE)
Al partir, me quedan cosas que acabar,
al partir.
Salvé la gacela de la mano del cazador,
pero siguió desvanecida, sin recobrar el sentido.
Cogí la naranja de la rama,
pero no pude despojarla de su corteza.
Me reuní con las estrellas,
pero no pude contarlas.
Saqué agua del pozo,
pero no pude servirla en los vasos.
Coloqué las rosas en la bandeja,
pero no pude tallar las tazas de piedra.
No sacié mis amores.
Al partir, me quedan cosas que acabar,
al partir.
(NAZIM HIKMET)
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