Esta tarde, los resistentes Levis
que me puse a diario durante más de un año
y que parecían en perfectas condiciones hasta el final,
de pronto se rasgaron.
Cómo o por qué, quién sabe,
pero ahí estaba: una gran rasgadura cerca del cierre.
Hace un mes mi amigo Nick
salió de una cancha de raquetbol,
se bañó,
se puso su ropa de calle,
y a la mitad del camino a su casa cayó muerto.
Escuchen ustedes que leen esto
y arrodíllense cada vez que puedan
como hacía el poeta Christopher Smart
y besen la tierra y manténganse alegres
y aprovechen su tiempo
y sean amables con todos,
hasta con aquéllos que no lo merecen.
Porque, aunque no crean que pasará,
ustedes también van a irse un día.
Yo, que mis Levis se desgarraron
cerca del cierre
sin razón alguna,
les aseguro que éste es el caso.
Rueden la noticia.
4 comentarios:
Somos caducables, somos perecederos, con fecha de caducidad impresa al dorso como un yogur Danone.
Si yo fuera el fuego, incendiaría el mundo.
(ANGIOLIERI)
Soplar y sorber no puede ser.
Los nacionalismos empiezan con esperanzas y acaban con lágrimas.
(GARTON ASH)
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