No podía dejar de amarla porque el olvido no existe
y la memoria es modificación, de manera que sin querer
amaba las distintas formas bajo las cuales ella aparecía
en sucesivas transformaciones y tenía nostalgia de todos los lugares
en los cuales jamás habíamos estado, y la deseaba en los parques
donde nunca la deseé y moría de reminiscencias por las cosas
que ya no conoceríamos y eran tan violentas e inolvidables
como las pocas cosas que habíamos conocido.
2 comentarios:
No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió.
A todo puzle
debe faltarle siempre
alguna pieza.
(CUQUI COVALEDA)
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