zUmO dE pOeSíA

zUmO dE pOeSíA
de todos los colores, de todos los sabores

ALEATORIUM: Saca un poema de nuestro almacén

Ver una entrada al azar

lunes, 5 de septiembre de 2011

Salir de mí (por Octavio Paz)

La vida, ¿cuándo fue de veras nuestra?,
¿cuándo somos de veras lo que somos?,
bien mirado no somos,
nunca somos a solas sino vértigo y vacío,
muecas en el espejo, horror y vómito,
nunca la vida es nuestra, es de los otros,
la vida no es de nadie, todos somos la vida
—pan de sol para los otros, los otros todos que nosotros somos—,
soy otro cuando soy, los actos míos
son más míos si son también de todos,
para que pueda ser he de ser otro,
salir de mí, buscarme entre los otros,
los otros que no son si yo no existo,
los otros que me dan plena existencia,
no soy, no hay yo, siempre somos nosotros,
la vida es otra, siempre allá, más lejos,
fuera de ti, de mí, siempre horizonte,
vida que nos desvive y enajena,
que nos inventa un rostro y lo desgasta,
hambre de ser, oh muerte, pan de todos.

8 comentarios:

Bernardo Soares dijo...

La muerte es la gran reunión de todos, al fin todos reunidos en el valle de la nada... Visto así, no le falta su punto de belleza.

Anónimo dijo...

Todo en el universo está en movimiento (salvo, quizá, el universo mismo).

Círculo Cultural FARONI dijo...


El papa y un campesino saben más que el papa solo.

(proverbio italiano).

Círculo Cultural FARONI dijo...

Si me quieres a mí, quiere a mi perro.

(proverbio belga)

cajón desastre dijo...


No siento deseos de jugar en un mundo en el que todos hacen trampa.

(MAURIAC)

Ignatius Reilly dijo...


La paciencia es la fortaleza del débil y la impaciencia, la debilidad del fuerte.

(KANT)

Cide Hamete Benengeli dijo...


Salga el sol si salir quiere,
y si no, pues que no salga,
porque pa alumbrarme a mí
la luz de tus ojos basta.

Lloviendo amares dijo...


La muerte iba pasillo arriba.
Invisible a todos,
arrastrando sus mantos de crepúsculo
pasó ante la enfermera y la monja.
Se detuvo en cada puerta
a escuchar el aliento
de aquellos que no sabían
lo cerca que estaban de la muerte.
La muerte iba pasillo arriba
sin ser vista por la enfermera ni por la monja;
dejó atrás varias puertas
hasta que entró por una.


(SARA TEASDALE)