Se tambaleó por un momento
entre la hierba alta, como si estuviese bailando
con una mujer. Nuestros cañones
se pusieron al rojo vivo.
Cuando me acerqué,
un halo azul de moscas volaba sobre él.
Cogí de sus dedos
la foto deteriorada.
No hay otra manera
de decirlo: Me enamoré.
La mañana empezaba a clarear,
menos para un mortero lejano
y para algunos helicópteros que despegaban
en alguna parte.
Le metí la cartera en el bolsillo
y le di la vuelta para que no siguiera
besando el suelo.
5 comentarios:
En la guerra hombres que no se conocen, que no se han hecho nada el uno al otro, matándose sin saber por qué. Oiga usted, el de la trinchera, no lo conozco de nada pero lo voy a matar antes de que usted me mate. Pues qué tontería.
Es un monstruo grande y pisa fuerte sobre la pobre inocencia de la gente.
Todas las guerras, como todos los cataclismos, se pierden.
Mi hijo mayor murió en el frente, mi hija perdió un brazo en el bombardeo, pero el periódico dice que yo he ganado ( GANADO ) la guerra.
No suelen Bécquer
ni Larra ni Espronceda
ver telefilmes.
(CUQUI COVALEDA)
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