que apartan muros y vislumbran cielos,
lento de azoramiento voy palpando
por las noches hendidas
los versos venideros.
He de quemar la sombra formidable
en su límpida hoguera:
púrpura de palabras
sobre la espalda flagelada del tiempo.
He de encerrar el llanto de los siglos
en el duro diamante del poema.
Nada importa que el alma
ande sola y desnuda como el viento
si el universo de un glorioso beso
aún abarca mi vida
y en lo callado se embravece un grito.
Para ir sembrando versos
la noche es una tierra labrantía.
3 comentarios:
El telégrafo, es un tipo de gato muy muy largo. Uno tira de su cola en New York, y su cabeza maullando aparece en Los Ángeles. ¿Entienden esto? Y la radio trabaja de la misma forma, uno manda señales aquí y las reciben allá. La única diferencia es que no hay gato.
(EINSTEIN)
El que en más bosques se adentra, más lobos encuentra a su paso.
(proverbio eslovaco)
No se puede olvidar algo voluntariamente. Como mucho se le puede poner un biombo, una valla mental alrededor.
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