hoy? Este largo compromiso—veinte años—
ha contraído algunos estragos. Me
acosté anoche y pensé que estábamos
lejos de no sonar más. Giraste hacia mí,
y yo era joven, y aún miedoso; la luna de junio
nos espió, con preocupación familiar. Me dolía
la rodilla, castigo por hacer culto a la tierra
de nuestro pequeño jardín. Los lirios florecidos,
sus caras enjutas y barbudas, de viejos
hermosos, dispensaron sus bendiciones y sus culpas.
Vos pintabas un mueble, y dijiste "lo haré,
por supuesto lo haré". Yo plantaba ajedrea,
no muy resistente a los meses invernales, al lado
de la menta que odias por invasiva.
Se entremetió una brisa, siempre la novia radiante
con quien todos se quieren casar. La labor de una vida,
por la mitad hasta ahora, omnipresente.
Estaba cansado, y pronto caería la noche,
pero nadie puede negar el amor, ni nosotros.
6 comentarios:
Hay un poema de Carver que habla de una pareja que tras varias décadas casados suben a un tiovivo de feria y, entre los dos, se ríen y hacen bromas uno a otro como dos niños. Todo un milagro.
Desde otros ojos,
desde otra piel juzgarte
no podrás nunca.
Yo también me casaría / si la vida de casado / fuese como el primer día.
¿Puede serlo? Se necesita un milagro, un verdadero arte o magia o prodigio para lograrlo. Pero hay algunas, pocas parejas que casi lo logran.
Comi las setas,
sin ser sembrados brotan
coplas, refranes.
(CUQUI COVALEDA)
Como las setas,
sin ser sembrados brotan
coplas, refranes.
En cada villa, su maravilla.
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